La filosofía puede resultar algo bien abstracto. A fin de cuentas, es un área “que se ocupa de reflexionar sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el ser humano y el universo”. Uno diría que hasta resumirla parece complicado. Yo desde muy joven he sido su aficionado. Nunca la he estudiado de manera formal, pero cada vez que tengo oportunidad regreso a ella en busca de formas diferentes de concebir las cosas que me rodean y conforman mi vida.
Justo ayer escuchaba en YouTube una pequeña presentación de la serie TED Talks sobre la filosofía estoica. Lo hice después de haber conversado con una joven pareja acerca del proyecto de compra de su primera propiedad. Me dirigieron varias preguntas, algunas particularmente interesantes. Pero sobre todo me llamó la atención el marcado resquemor que palpé en ellos ante la exigencia de lo que tenían por delante.
Estemos claro, es definitivamente normal sentir cierta aprehensión cuando nos involucramos en proyectos abarcadores y multifactoriales, como lo es sin dudas el de convertirse en propietarios; la vida cambia en muchas maneras cuando esto último ocurre. Pero ese temor natural debería sólo servir como ayuda para mantener un estado de alerta indispensable y evitar así cometer errores catastróficos. En ninguna forma debería entonces representar un lastre que impida marchar hacia adelante.
Sí, es cierto que hay diversas variables importantes a considerar cuando decidimos adquirir una propiedad, las cuales tienen todas ellas el potencial de cambiar nuestras vidas, en un sentido o en el otro. Esta expectativa en sí puede constituir la razón de un desasosiego mayor. Es justo en este punto donde el estoicismo entra a jugar su papel.
Estoicismo
La filosofía estoica se basa en dos pilares fundamentales: las virtudes cardinales (sabiduría práctica, coraje, justicia) y la dicotomía del control:
Virtudes Cardinales
Sabiduría práctica: conocer lo que es y no es bueno para ti.
Coraje: hacer lo que es correcto.
Justicia: muestra que es lo correcto.
Sobriedad: hacer las cosas con medida, ni tan menos ni demasiado.
La dicotomía del Control
Es la noción de que hay cosas que dependen de nosotros y hay otras que no. Según los estoicos, las cosas siempre se pueden situar en una de estas dos categorías, y preocuparse sólo por las primeras -las que dependen de nosotros- y no por las segundas -las que no-. Volar en un avión y entrar en pánico a treinta mil pies de altura por miedo a que se caiga es un excelente ejemplo.
Tu proyecto de compra y la dicotomía del control
¿Quieres convertirte en propietario y tienes ante ti un montón de preguntas e incertidumbres?
Recuerda entonces que según los estoicos todo cae en una de estas dos categorías: lo que depende y lo que no depende de ti. Una vez que hayas interiorizado esto, todo será más sencillo, por ejemplo:
¿Depende de ti que puedas convertirte en propietario de esa casa que tanto te gusta y que acaban de poner en venta?
La respuesta es no, eso no depende de ti: y la razón es que hay un conjunto de elementos que pueden jugar en tu contra -ajenos a tu voluntad- y por los cuales tu deseo de adquirir esa propiedad en particular se puede ir por el caño. El más simple de ellos: que alguien con más dinero que tú también quiera esa propiedad para sí. Entonces, no deberías sentirte frustado por algo que no depende de ti.
Ahora, ¿depende de ti estar preparado de la mejor manera posible para entrar en el mercado inmobiliario y tener el potencial de adquirir esa casa que tanto te gusta?
La respuesta es sí, eso sí depende de ti: depende de ti tener un buen historial de crédito, depende de ti tener un nivel de deudas mínimo, depende de ti haber acumulado más o menos capital para el pago inicial, depende de ti buscar asesoría e informarte, depende de ti poner una estrategia financiera en práctica, etc. Estas son cosas por las cuales sí vale la pena que te preocupes (y te ocupes, sobre todo).
En resumen
La posibilidad de que te conviertas en propietario involucrará variables que dependen de ti y variables que no. Asegúrate entonces de preocuparte por las primeras- las que dependen de ti-. No solo evitarás frustrarte y estarás en mejor posición desde un punto de vista financiero para llevar a término tu proyecto, sino que tu nivel de estrés disminuirá y tu capacidad para tomar decisiones importantes estará a la altura de la situación.
Si piensas que necesitas más información sobre este tema para tu proyecto personal, me puedes contactar vía Zoom. Es gratis y sin ningún tipo de compromiso.
Recuerda: no dejes para mañana lo que debiste hacer ayer.
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